Los arrugats:
de como la imperfección
puede ser un éxito.

 
Cuando Lluís, trabajador del Rosal, intentaba hacer barquillos, le salían siempre arrugados, hasta que al final tenía montañas de galletas arrugadas. Un día la responsable del obrador se dió cuenta de que esas galletas imperfectas eran crujientes y riquísimas. 
 
" ¿Y si las pusiéramos a la venda? " - dijo.  Y así fue como de un pequeño fracaso de Lluís, de una bonita historia de imperfección surgió un gran éxito: el ARRUGAT, una galleta que actualmente es nuestra especialidad y que representa el 70% de la producción del Rosal. 

 
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